San Juan del Río vivió un Viernes Santo lleno de fe y tradición a través de su conmovedor Viacrucis, desde la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe hasta el Templo del Calvario.
Por Aldair Román Hernández y Eduardo Trejo
San Juan del Río, Qro. 29 marzo 2024.- En la mañana del Viernes Santo, la ciudad de San Juan del Río, Querétaro, se convirtió en escenario de una de las prácticas de devoción más arraigadas de la comunidad católica: el Viacrucis. Este acto de fe, que rememora la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario, reunió a cientos de fieles en una procesión que reflejó el profundo sentido de comunidad y espiritualidad de los habitantes.
La jornada comenzó a las 10 de la mañana en el atrio de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el centro de la ciudad, donde personas de todas las edades se dieron cita para dar inicio a esta tradicional manifestación de fe. La anticipación y el recogimiento se palpaban en el aire, mientras los participantes se organizaban para llevar a cabo el recorrido que simboliza las últimas horas de vida de Jesús.
La procesión se desplazó solemnemente a lo largo de la calle Guerrero, tomando un breve tramo por la Avenida Juárez para luego adentrarse en la calle 2 de Abril. A su paso, las familias residentes aguardaban en las puertas de sus hogares, que lucían adornos en los colores litúrgicos del morado y el blanco, signos de penitencia y pureza. Estos gestos de los vecinos no solo embellecieron el recorrido, sino que también fortalecieron el sentido de pertenencia y la unión de la comunidad en torno a este evento religioso.
El acompañamiento musical, a cargo de un grupo de jóvenes de la iglesia, llenaba de cánticos y oraciones el ambiente, mientras las imágenes sagradas de Jesús, la Virgen María, y María Magdalena eran cargadas con respeto y devoción por los fieles. Cada paso dado a lo largo de las estaciones del Viacrucis era un reflejo de meditación sobre el sacrificio de Cristo por la humanidad.
Al aproximarse al Templo del Calvario, ubicado al final de la calle 2 de Abril, la procesión alcanzó su punto culminante. Allí, en el atrio del templo, se representó la crucifixión, un momento de intensa emoción y reflexión para todos los presentes. Los rostros de los asistentes, marcados por la solemnidad, evidenciaban el profundo impacto espiritual de la representación.
La crónica de este Viernes Santo en San Juan del Río no concluyó con el Viacrucis matutino. La comunidad, nuevamente, se congregaría en el Templo del Calvario para la Procesión del Silencio a las 7 de la tarde, continuando con las observancias de este día sagrado en una atmósfera de reflexión y recogimiento.
Este Viernes Santo, San Juan del Río no solo atestiguó una tradición religiosa, sino que también reafirmó la importancia de la fe y la unidad comunitaria en estos tiempos. A través de la devoción y el recuerdo de la pasión de Cristo, la ciudad se unió en una expresión palpable de esperanza y solidaridad, reflejo de los valores que sostienen a su comunidad día con día.
